Y si no tomo azúcar, ¿puedo sustituirlo por edulcorantes?

Por nuestra salud, lo ideal sería que nuestro paladar se fuera haciendo a consumir alimentos menos dulces, a consumir alimentos en su estado natural sin necesidad de añadir azúcares o edulcorantes, pero esto es una tarea a largo plazo, si nos lo proponemos poco a poco podremos ir reduciendo las cantidades de azúcar y/o edulcorantes hasta eliminarlos.
Cuando estamos habituados a consumir grandes cantidades de alimentos muy dulces no conocemos el sabor real de los alimentos, además, las frutas y verduras con dulzor natural, no nos saben a nada y empezamos a desplazarlas de nuestras ingestas diarias porque no nos gustan.
Para comenzar esta ardua tarea, si consumes azúcar, sustitúyelo por edulcorantes y más adelante comenzaremos a reducir la cantidad de edulcorante hasta hacerla desaparecer.
Otro de los problemas asociados a los edulcorantes es que consumimos alimentos light, sin azúcares o zero pensando en que son mágicos y nos van a hacer adelgazar, y nada de eso… si seguimos consumiendo alimentos insanos, ultraprocesados, etc. por muchas bebidas zero o yogures light que nos tomemos no vamos a adelgazar.
En muchas ocasiones, este tipo de alimentos se convierten en arma de doble filo, ya que pensando que has tomado un café con sacarina en vez de azúcar puedes permitirte el lujo pedir un croissant de acompañamiento, otro ejemplo puede ser pedir una hamburguesa y patatas con bebida light…Por mucha bebida light que tomes has ingerido poco menos de 1000 calorías con la hamburguesa y las patatas, además de un alimento ultraprocesado.
Aprendamos a manejar los endulzantes que tenemos a nuestro alcance: conocerlos nos ayudará a elegir con criterio cuáles utilizar. Muchos son aditivos y hay que tener cuidado con el “efecto suma”, y no superar la dosis de Ingesta Diaria Admisible.
- Polialcoholes: Son de origen natural y están presentes en diferentes vegetales y frutas como las manzanas, peras o ciruelas, entre otras. Su aporte calórico es escaso, no provocan caries dental y pueden provocar incremento de gases por fermentación, flatulencias, e incluso diarreas y dolores abdominales; en dosis elevadas pueden tener un efecto laxante. En este grupo están el sorbitol, manitol, isomaltitol, maltitol, lactitol, xilitol y eritritol.
- Edulcorantes intensivos: En este grupo tenemos el aspartamo (no apto para fenilcetonúricos), ciclamatos, sacarina, acesulfamo K, sucralosa, taumatina, neohesperidina y estevia. Son edulcorantes capaces de endulzar entre 50 y 2.500 veces más que el azúcar. Apenas aportan calorías, ya que se utilizan en cantidades muy pequeñas. Tampoco provocan caries. Pero algunos tienen problemas con el sabor, sobre todo al calentarse. Al igual que los polialcoholes, son aditivos. Se cuestiona su seguridad, aunque a día de hoy no hay nada que temer si se ingieren en los límites recomendados.
La estevia, que se ha hecho tan famosa, a pesar de su origen natural no deja de ser un edulcorante intensivo y un aditivo (E960) y por tanto tiene establecida una Ingesta Diaria Admisible que conviene no superar. Cuando la estevia se puso tan de moda, también apareció la picaresca de la industria alimentaria, la cual nos hacía creer que estábamos comprando estevia, a un precio elevado, y sin embargo estábamos comprando eritritol. Un ejemplo de ello es el de una de las principales marcas de azúcar de España, la cual vendía su edulcorante de estevia y en los ingredientes aparecía esto: Eritritol, extracto de hoja de Stevia (1%) y aromas naturales. Leamos bien el etiquetado nutricional, evitaremos engaños y conoceremos lo que comemos.